Escuela de Ciegos en Querétaro apuesta a la autosuficiencia de alumnos con 26 talleres
Por medio de 26 talleres y terapia psicológica, la Escuela de Ciegos IAP en Querétaro dota de todas las herramientas posibles a sus alumnos para que se valgan por sí mismos, señaló Alfredo Blandina Fernández de Lara, director y presidente fundador de esta institución.
La academia no cuenta con el apoyo del Gobierno, por lo que se solicita una cuota mensual de 300 pesos por persona. Además, agregó el director, se mantienen a través de donaciones, eventos, carreras a ciegas y desayunos, entre otras cosas.
“La escuela ofrece 26 talleres, entre los cuales están aprender a caminar con bastón y recupera r su movilidad, masaje, sistema braille, clases de música, clases de manualidades -en donde aprenden a hacer aretes, cinturones, cadenas, bolsas, etcétera-, clases de baile, ejercicio. Se les enseña a hacer chocolates, dulces de leche y también enseñamos panadería. Depende de cada quien lo que guste hacer”, mencionó.
Con 38 años de experiencia, la escuela recibe a personas a partir de los 15 años de edad que han perdido el sentido de la vista o que tienen baja visión, es decir, que vean de un 30 por ciento hacia abajo. Son alrededor de 29 personas, entre administrativos y maestros, quienes se encargan de ‘devolverle la vida a los alumnos’.
“Iniciamos con 75 alumnos y se acaban de inscribir siete alumnos más. Tenemos un programa para evaluar a la persona y ubicarla donde tiene que estar de acuerdo con la política de estudio, porque no es lo mismo que llegue un ingeniero que tiene carrera a un campesino que se dedicaba a la agricultura. Se les hace una valoración y después se les canaliza a su nivel correspondiente”, aseguró Fernández de Lara.
Informó también que se cuenta con albergue para los estudiantes, y habrá uno nuevo, en San José el Alto, el cual será para 132 personas.
“Ya tenemos cuatro habitaciones totalmente nuevas y otras cuatro en obra negra, las cuales esperamos que en agosto o septiembre estén totalmente terminadas”, dijo.
“Hay muy pocas escuelas para ciegos en la República Mexicana. Sabemos qué darle al alumno para que salga de su letargo. Contamos con programas para que la persona salga adelante y sea autosuficiente; es como si les devolviera la vida. Les damos las herramientas para que sigan avanzando y luchando», declaró.
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