El presidente en su laberinto; ya lo alcanzó el futuro
Por José Luis Camacho Acevedo
La semana que apenas terminó fue verdaderamente anticlimática para el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Una serie de sucesos, todos por demás controversiales y de grave carácter estructural, terminaron en la más absoluta desilusión presidencial.
Los resultados esperados por el presidente a pocas semanas de cumplir su tercer año de gobierno, de ninguna manera son los que el tabasqueño esperaba.
Hoy el presidente vive, por más que lo quiera ocultar con un discurso oficialista lleno de triunfos que no existen sino en sus muy personales elucubraciones, el desencanto producto de los resultados adversos que han tenido los proyectos que él mismo definió como los más trascendentes de su gobierno.
Independientemente de su inútil escalada de confrontaciones con tirios y troyanos (Enfrentamiento con la OMS; desbrujulada crítica al espíritu de la UNAM; desigual pleito con Claudio X. González; admonición fuera de lugar a los diputados y senadores que se encargan de la reforma eléctrica y de los presupuestos de ingresos y egresos del siguiente año fiscal) el presidente está actuando con un marcado dejo de amargura.
Siempre he dicho, y lo sostengo, que López Obrador es un hombre de buena fe.
Pero eso no basta para erigirse en estadista, en guía de una nación en crisis, como lo están muchas en el mundo ciertamente, capaz de instrumentar las políticas públicas necesarias que detengan la terrible inflación que agobia sobre todo a los marginados del país. Y que prendan una luz de esperanza para frenar la violencia o para volver a generar los índices de empleos de años anteriores, por magros que hayan sido sus crecimientos.
El presidente está irritado.
Sabe que el hambre agobia a millones de mexicanos.
La irritación ha sido siempre una mala consejera de los hombres de poder.
Es urgente que AMLO recapacite y reordene sus prioridades de gobierno.
El hambre conduce a la violencia social. Grave destino.
Finalizo esta reflexión citando al Mario Luis Fuentes, ese gran mexicano que tiene una de las más claras visiones de nuestra realidad social:
“México es un país en el que se padece hambre. Cada año enferman y mueren miles de personas porque no tienen una ingesta suficiente ni adecuada de alimentos, como resultado principalmente de las persistentes condiciones de pobreza, rezago social, marginación y discriminación que privan en todo el país.
De acuerdo con los datos del INEGI, en México mueren cada año aproximadamente 8,500 personas a causa de la desnutrición, de ellos, un promedio de 850 tenían menos de 5 años de edad. Según los datos de la Secretaría de Salud, anualmente se enferman más de 170 mil personas por la falta de alimentos; todo ello, en un contexto en el que más de 28 millones de mexicanos viven en vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación, y 11.7 millones en condiciones de pobreza extrema. Lo peor es que, según el INEGI, de los 48.7 millones de personas que trabajan, hay 22.1 millones que reciben ingresos por debajo de 120 pesos diarios.”
Mucho cuidado con despertar al México hambriento, que es la expresión más radical del México Bronco.
EN TIEMPO REAL
1.- Falleció el pasado domingo un personaje emblemático del oficio de escribir en México. Ángel Trinidad Ferreira fue un periodista vertical, íntegro y con un amor sin límites por el oficio. Desde este espacio recordaré varias anécdotas que me tocó vivir con el gran Trini y que me permitiré relatar a los lectores de estas notas en próximas entregas. Son verdaderas expresiones de un personaje que ejerció un periodismo ameno, crítico y siempre en uso responsable de su libertad de expresión. ¡Descanse en paz Ángel Trinidad Ferreira!
2.- Mañana rinde su tercer informe de labores legislativas el senador hidalguense Julio Menchaca Salazar. El trabajo de Menchaca como presidente de la comisión más difícil del senado, ha logrado concertar voluntades para la nominación de casos tan espinosos como el que fue la designación de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos Rosario Piedra Ibarra. Y esa es solo una de muchas encomiendas que Julio Menchaca ha sacado adelante convirtiéndose en un importante apoyo del líder Ricardo Monreal Ávila.
3.- En Puebla es inminente la remoción del voraz contralor del Estado Francisco Romero Serrano. Este pillastre esquilmando a los alcaldes poblanos se está dando una vida de magnate. Viaja seguido a los puertos más exclusivos de México siempre bien acompañado. Y ha acumulado propiedades que son una verdadera ofensa para la sociedad de la entidad. Santiago Nieto Castillo le tiene puesta la mira a Romero Serrano por lo que éste ya ni puede conciliar el sueño.
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