Autocuidado en pandemia #ColumnaInvitada #Opinión
Por: Guadalupe Moreno
Promotora Comunitaria
Colectivo por una Migración sin Fronteras
El sistema capitalista actual contribuye a la práctica de conductas consumistas trayendo consecuencias y un desequilibrio económico, medioambiental, y social. Empaqueta, distribuye, y vende como señuelo el éxito y la felicidad.
El abandono de los sistemas de salud, la patologización de la vida colectiva, el poder de la industria farmacéutica, la privatización de los servicios médicos/hospitalarios son ahora la punta de iceberg que – como los polos- se derrite y deja al descubierto la perversidad sistémica en todas sus dimensiones.
La pandemia no representa únicamente un momento histórico y un suceso biológico que el ser humano tiene que enfrentar.
La parálisis o, incluso, la ruptura de proyectos de vida, la falta de empleo, la disminución de ingresos, las pérdidas de nuestros seres queridos, las perspectivas inciertas de la vida en el futuro próximo no han impedido que nos comuniquemos y nos cuestionemos sobre lo que podemos realizar para hacer frente lo que ocurre y sostener las acciones de apoyo que ofrecemos, día a día, mujeres quienes viven la experiencia de la migración a través de un familiar.
Se trata de generar sinergias para impulsar a fortalecer esfuerzos que abran la puerta a acciones que deriven en nuevas formas para enfrentar tiempos inciertos para todos los sectores de la población.
El autocuidado desde la horizontalidad nos brinda esta otra posibilidad (mirarme a mí y mirar al otro para construir alternativas en conjunto). Se trata de caminar con ellas, no meramente para adaptarnos juntas a la realidad sino para comprender nuestra realidad compartida y acompañarnos, en la medida de lo posible. Podemos buscar una manera de hacerlo, crear nuevas herramientas para el bienestar común y fortalecer parte del tejido social.
Al hacer frente al aislamiento, mirando en colectividad consideramos ¿qué acciones podemos realizar frente a la pandemia?
Es decir, mi experiencia en el acompañamiento psicosocial en el grupo comunitario Iztac en El Cerrito de Guadalupe realizamos actividades desde el autocuidado como el tejido y bordado. Construimos un espacio de seguridad que funcione como una red de apoyo. Compartiendo saberes, historias, ideas, recetas, emociones, comida, puntadas e hilos. El bordado y el tejido nos ha permitido la posibilidad de elaborar sus experiencias, iniciar su reconocimiento como agentes de cambio y el encuentro con quienes las rodean. De esta forma, el autocuidado contribuye a la sostenibilidad, creatividad y bienestar. Nos invita a establecer una nueva relación con nosotras mismas, con las otras personas, con la naturaleza y el medio que nos rodea.
El autocuidado desde una perspectiva colectiva deberá entenderse como aquella que resiste a las imposiciones discursivas del individualismo que desarticulan a las personas y que omite, a conveniencia, sus particularidades hacia los procesos de organización comunitaria para hacer frente al conflicto, para hablarlo, para pensarnos; para ver con otra mirada las tensiones y obstáculos que se nos presentan sin enjuiciar a otras personas. Generemos redes, contribuyamos creando nuevas formas de ser y estar en el mundo.
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