Agoniza comercio de Tehuantepec ante la 3a. ola de COVID en Oaxaca

Agoniza comercio de Tehuantepec ante la 3a. ola de COVID en Oaxaca

La pandemia de COVID-19 continúa impactando en las ventas de los locatarios del mercado público Jesús Carranza, considerado como el mayor centro de abasto de este municipio, y de la región istmeña en general, el cual fue proyectado como una necesidad de la población. 

La economía de la región se ha caracterizado por los pequeños comercios, que en los últimos meses han visto reducido sus ingresos y su permanencia en el sector, debido al impacto social y económico de que ha dejado la pandemia. 

Desde hace algunas semanas, varios comercios se encuentran cerrados al público y los permanecen abiertos buscan la forma de colocar su producto para que no se eche a perder. 

Virus aterrador

El dirigente de la Unión de Locatarios del mercado Jesús Carranza, Floriberto Hernández Sebastián dijo que desde que empezó la contingencia sanitaria muchos de los comercios han visto reducir sus ventas.

Cada vez son pocas las personas que acuden al mercado derivado de la tercera ola de COVID-19, empiezan a tomar conciencia sobre la gravedad del virus. 

Expresó que han bajado las ventas un poco de manera general en todo el mercado, los ciudadanos acuden cada vez menos a realizar sus compras, ojalá que pronto la sociedad recupere la normalidad y acude a los mercados públicos, y los comerciantes puedan llevar recursos para el sostenimiento de sus familias, comentó.

Tablajeros, un desastre

En el caso de los tablajeros, las ventas han disminuido desde julio, cuando presumiblemente entró la tercera ola de COVID-19 en la región. Las personas llegan pocas veces a realizarle el gasto, afirma Jorge Cortés. 

Dijo que la carne que no logran vender la guardan en el congelador y el siguiente día esperan la llegada de los compradores. Y es que, las ventas han bajado muchísimo con la pandemia, muchas personas perdieron sus fuentes de empleo y no cuentan con ingresos para sortear a crisis que nos deja la pandemia. 

Nadie piensa en ropa

Raquel Velásquez, vendedora de ropa, asegura que las ventas han estado muy bajas desde hace más de un año, cuando la pandemia llegó a Tehuantepec, y se agravó con el cierre de escuelas y suspensión de las fiestas. Desde entonces no logra vender uniformes para los alumnos ni ropa para estrenar en una fiesta. 

Para subsistir en estos tiempos, combina la venta de ropa con otros productos caseros, para lograr sacar algún ingreso para apoyar en el ingreso familiar, expresó.  

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