Mayoría de la población del sureste apoya al Tren Maya, reitera AMLO
El presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró que la mayoría de la población en el sureste del país está a favor de la construcción del Tren Maya, mientras que la oposición se ha originado desde grupos de intereses creados o asociaciones financiadas desde el extranjero.
Tras afirmar que entre la población de la región no hay oposición a la construcción de este medio de transporte, expuso que “los que presentaron amparos no eran propietarios de tierras, ejidatarios o comuneros, eran representantes de grupos de intereses creados, o asociaciones financiadas por gobiernos extranjeros, pseudos ambientalistas, o quienes siempre buscan sacar raja”.
En su conferencia de prensa matutina de este martes, insistió que en tramos como Xpujil-Chetumal hay líderes de ejidos que “no quieren convocar a asambleas (para autorizar el paso del tren) porque saben que si se lleva a cabo, la gente va a aprobar”. Lo calificó como “malas mañanas” para buscar acuerdos en los que los dirigentes se beneficien.
Lo comparó con algunos sindicatos de transportistas que “se aprovechan”. También, apuntó que en la construcción de un puente en la avenida Colosio en Cancún, el propietario de un terreno de 200 metros pidió 25 millones de pesos para permitir las obras, “abusando”.
Este tipo de casos, dijo, son la excepción y no la regla, ya que la “la mayoría de la gente está ayudando mucho”, y aseveró que en Xpujil, donde hay 16 ejidos, en una semana se hicieron las respectivas asambleas y anuencias para que avance la construcción.
“Si de por sí los queremos, con eso los queremos más, mucho más. Es reafirmar lo que siempre hemos sostenido, se burlan los adversarios, los conservadores, porque ellos no toman en cuenta estos sentimientos, se les ha endurecido el corazón, se burlan cuando digo del pueblo bueno y de la bondad de nuestro pueblo, la gente humilde, la gente pobre que da todo”, y “no tienen la enfermedad de acumular riqueza”.
Entre los apoyos a la población de esta región, ponderó la construcción de viviendas para quienes habitaban en “un buen tramo” del trayecto del tren, donde había “una especie de invasión” de las vías construidas desde hace años.
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