Veracruz y sus remesas
El Observatorio de Finanzas Públicas y Desarrollo Regional de la Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana (UV), presentó su boletín de septiembre en el que habla de un incremento de la llegada de remesas a la entidad. De acuerdo con sus datos, éstas aumentaron en 26.8% en el primer semestre de 2021, comparado con el año anterior; estamos hablando de 907 millones de dólares (mdd) lo que equivale a un ingreso mensual de 151.2 mdd, pero que sólo beneficia a 504 mil veracruzanos con familiares en el extranjero, apenas el 6% de la población total.
Seguramente, en el tercer informe de Cuitláhuac García Jiménez, ésta será una cifra que “presuma”, tal y como lo hizo en el suyo el Presidente, pero como bien apunta la UV, lo que nos debe llamar la atención es la cantidad de veracruzanos que ha tenido que seguir migrando porque aquí simplemente no se encuentran las fuentes de trabajo, las oportunidades.
Esos son dólares que envían los campesinos que aquí estaban hartos de los coyotes, los jóvenes profesionistas que solo encontraban empleos de 4 o 6 mil pesos mensuales, el trabajador que ganaba un salario mínimo, pero su jornada era de más de 10 horas.
Durante décadas, Veracruz ha sido considerado un estado expulsor de mano de obra hacia los Estados Unidos. Hoy, no solo eso, es también un estado en donde familias de migrantes centroamericanos pasan largas, muy largas temporadas, la mayoría en cruceros pidiendo una moneda para continuar su travesía.
Desafortunadamente, como en muchos otros aspectos de la vida pública, no hay la atención necesaria al tema migratorio. Este gobierno desapareció los clubes de migrantes, con los que la extinta Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) realizaba una inversión tripartita para llevar obras y acciones a las comunidades de migrantes para que las familias que se quedaron vivieran bien, para que ningún otro tuviera que dejar su tierra. Eso ya no existe por lo que las posibilidades en esas pequeñas localidades se limitan aun más.
Y no podemos dejar de lado los efectos que el Covid19 tiene en este fenómeno social, con tanto cierre de negocios hay una inmensa necesidad de ingresos que, más tarde que temprano, obligará a muchos a cruzar del otro lado.
No es ningún orgullo que seamos la novena entidad en el país que más remesas recibe; por el contrario, es un foco rojo en el que las autoridades urgentemente deben trabajar.
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