¿Cómo atacó Rusia a Ucrania? y ¿Qué pasa ahora?
Poco después de que el presidente Vladimir Putin anunció el inicio de una “operación militar especial” se registraron explosiones en ciudades ucranianas.
Luego de meses de acumulación de tropas y tanques, de sombrías advertencias de violencia y de ambiguas garantías de paz, así como de esfuerzos diplomáticos en Washington, los pasillos de Naciones Unidas y las capitales de Europa, la invasión de Rusia a Ucrania comenzó temprano el jueves, con ataques de artillería y misiles dirigidos a varias ciudades importantes, entre ellas la capital, Kiev, y decenas de muertos.
En la penumbra previa al amanecer retumbaron las explosiones, minutos después de que el presidente de Rusia Vladimir Putin declaró con cinismo el inicio de una “operación militar especial” para “desmilitarizar” Ucrania pero no ocupar el país. Su anuncio se dio mientras se llevaba a cabo una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, lo que sorprendió a los embajadores que tuvieron que dar reacciones improvisadas a los acontecimientos que cambiaban rápidamente.
Horas antes de que iniciaran los ataques, el presidente Volodomír Zelenski de Ucrania hizo un dramático llamamiento por televisión al pueblo de Rusia, en el que dijo que quería hablarles directamente a ellos luego de que Putin rechazara su llamada telefónica.
“Escuchen a la voz de la razón”, dijo Zelenski. “El pueblo ucraniano quiere paz”.
No la obtuvieron.
Aquí hay un vistazo al conflicto, cómo llegó a este punto y qué sucede ahora:
Los ucranianos habían esperado durante meses que los pronósticos de una invasión de Rusia, una nación con la que comparten mucha historia y cultura, no fueran ciertos. Pero el jueves se dieron cuenta de su terrible realidad.
Largas filas de autos salían de Kiev, muchos se dirigían al oeste con la esperanza de encontrar refugio en las pocas zonas del país que no están rodeadas por fuerzas rusas. En otros lugares, la gente buscó protección en las estaciones de metro y búnkeres cuando sonaron las sirenas de ataque aéreo.
La mañana del jueves más de 40 soldados ucranianos habían fallecido y decenas habían sido heridos, indicó Oleksiy Arestovich, asesor del presidente Zelenski.
Las fuerzas rusas destruyeron más de 70 objetivos militares en Ucrania, incluidos 11 campos de aviación, tres puntos de mando y una base naval, dijo el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado el jueves.
Rusia bombardeó más de una docena de ciudades y pueblos. Los misiles alcanzaron objetivos en Dnipro, Járkov y otras ciudades, dijeron funcionarios ucranianos. Se registraron explosiones en Kiev, incluso en el aeropuerto de la capital. Rusia afirmó que sus fuerzas habían incapacitado todas las defensas y bases aéreas de Ucrania, mientras que el ejército ucraniano informó que había derribado seis aviones rusos y un helicóptero.
El gobierno de Ucrania dijo que las tropas rusas también atacaron desde Bielorrusia, al norte, donde se encontraban destacadas para ejercicios militares, algo que Estados Unidos había dicho que sería una posible fachada de la preparación de una fuerza invasora para atacar Kiev. Las tropas atacaron los puestos fronterizos con artillería, equipamiento pesado y armas pequeñas.
Por la tarde, en Ucrania, los rusos se adentraron en la zona de exclusión de Chernóbil, altamente radiactiva, al norte de Kiev, según informó el Ministerio del Interior ucraniano, con el riesgo de dañar el reactor nuclear que se fundió en 1986, ahora encapsulado en cemento.
Los militares rusos también llegaron al norte de Crimea, y las tropas desembarcaron en Odessa, en el mar Negro, según funcionarios ucranianos.
En el este, los separatistas apoyados por Rusia lanzaron ataques en las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk, que reclaman pero solo controlan parcialmente, reportaron los medios estatales rusos.
¿Por qué invadió Rusia?
Putin lleva mucho tiempo buscando ejercer control en el país vecino, que alguna vez formó parte del imperio ruso y de la Unión Soviética. Expresó una sensación de humillación por el colapso de la Unión Soviética y de agravios por el modo en que Occidente llenó ese vacío. La OTAN, la alianza militar que incluye a Estados Unidos y las potencias europeas, ha añadido miembros en Europa Central y Oriental que alguna vez fueron estados soviéticos o parte de su esfera de influencia, entre ellos Hungría, Polonia, Estonia, Letonia, Lituania y la República Checa.
En 2008, la OTAN dijo que Ucrania y Georgia, dos antiguos estados soviéticos, también podían unirse, sin dar detalles de cómo o cuándo sucedería. Eso, para Putin, fue transgredir una línea roja.
En 2014, luego de que el presidente prorruso de Ucrania fue depuesto por multitudinarias protestas callejeras, Putin procedió a anexar Crimea a Rusia. También brindó apoyo las fuerzas separatistas que controlan partes de las regiones de Lugansk y Donetsk, al este, donde han luchado en un prolongado combate con el ejército ucraniano.
El liderazgo ucraniano ha llevado a cabo una política de acercamiento a Occidente. El país ha incluido en la constitución la meta de unirse a la OTAN. Pero no es probable que eso suceda en el corto plazo. Algunos países miembro, que deben decidir por unanimidad, tienen inquietudes sobre la ampliación de sus compromisos militares y dudan de la solidez del estado de derecho en Ucrania, una democracia joven con una extensa corrupción.
Pero incluso la remota posibilidad de que Ucrania se una a la OTAN ha enfurecido a Putin, que dice que constituye una amenaza a la seguridad rusa.
¿Qué fue lo que condujo a esta situación?
Desde el otoño pasado, Rusia empezó a acumular tropas a lo largo de su frontera con Ucrania y Bielorrusia, un ex estado soviético aliado. Se dijo que los despliegues de tropas eran ejercicios de entrenamiento, pero la fuerza siguió creciendo hasta alcanzar unos 190.000 efectivos militares. Estados Unidos y sus aliados habían advertido que Putin parecía preparado para invadir y a menudo mencionaban informes de inteligencia que tradicionalmente solían mantenerse en secreto.
Rusia desestimó dichas afirmaciones en repetidas ocasiones. “Las guerras en Europa rara vez inician los miércoles”, dijo la semana pasada Vladimir Chizov, el embajador de Rusia ante la Unión Europea.
Pero el lunes, Putin informó que reconocería a las denominadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk y dio instrucciones al ejército ruso de destacar tropas en dichas regiones para lo que llamó “funciones de preservación de la paz”.
Durante un prolongado discurso, Putin defendió la agresión contra Ucrania, llamándola una creación artificial de la Unión Soviética que fue manipulada para declarar su independencia. Acusó a los líderes ucranianos de oprimir a la población del país que habla ruso, de fomentar el odio hacia Moscú y de planear hostilidades contra Rusia, todo lo cual hacía necesaria la autodefensa.
¿Cómo ha respondido el mundo?
Ucrania, Estados Unidos y otros han condenado la agresión de Rusia y han desestimado las justificaciones de Putin. Los aliados de Estados Unidos y la Unión Europea ya han anunciado una serie de sanciones limitadas, dirigidas a gran parte del círculo más cercano de Putin. Esas medidas incluyeron la suspensión de un proyecto de gasoducto a Alemania, el bloqueo de transacciones internacionales de algunos bancos rusos y el congelamiento de los activos en el extranjero de algunas familias rusas adineradas y altos funcionarios.
Tanto Estados Unidos como Europa prometieron medidas mucho más severas si Rusia llegaba a una invasión total de Ucrania. Llevan semanas negociando los detalles de las medidas y se espera que rápidamente procedan con nuevas penalidades.
Sin embargo, la probabilidad de una intervención militar externa parece reducida, a pesar de que Estados Unidos y algunos aliados europeos han proporcionado armas a Ucrania.
Algunas de las primeras respuestas a la invasión de Rusia surgieron del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que estaba celebrando una reunión de emergencia cuando Putin anunció una acción militar.
“Desafortunadamente, mientras estábamos en una reunión en el Consejo de Seguridad esta noche, parece que Putin ha ordenado ese último paso”, dijo la embajadora de Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield. “Esta es una emergencia grave”.
El embajador de Ucrania, Sergiy Kyslytsya, pidió a su homólogo ruso que llamara por teléfono a Putin y le pidiera que parara la guerra. “No hay purgatorio para los criminales de guerra”, dijo Kyslytsya. “Van directamente al infierno, embajador”.
El embajador ruso, Vasily Nebenzya, respondió que su país no estaba atacando al pueblo ucraniano, sino a “la junta en el poder en Kiev”.
Se espera que el Consejo de Seguridad se reúna el jueves para considerar una resolución que condene a las acciones rusas, algo que Rusia, miembro permanente del consejo, probablemente vetará.
El presidente Joe Biden dijo que Estados Unidos y sus aliados “impondrán severas sanciones a Rusia” el jueves, luego de un paquete inicial de sanciones esta semana.
Biden dio a conocer que habló con el presidente Zelenski, quien le pidió, dijo, hacer “un llamado a los líderes del mundo para que se expresen con claridad en contra de la flagrante agresión del presidente Putin y que apoyen al pueblo de Ucrania”.
Con información de The New York Times
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