“Asilo de niños”
Por: Alejandro Ruiz Robles.
Dedicado a mis excompañeros de la Secundaria Escuela Cristóbal Colón.
¡Viva por los amigos que se convierten en hermanos!
"LOS SITIOS IDÓNEOS."
Desde que somos concebidos, nuestros padres desean lo mejor para nosotros y buscan la mejor manera, conforme a sus posibilidades, de ubicarnos en los lugares que nos brinden las mejores condiciones para formarnos como personas y profesionales.
Si bien, la educación básica y los valores los tomamos de ellos, llegamos a instituciones que nos darán mayores elementos para ser la persona que en casa anhelan y la que por sí sola desarrollará su destino conforme a sus convicciones.
Las razones por las cuales nos sentimos a gusto en esos sitios pueden ser variadas, tales como: compañeros, profesores, instalaciones o bien, todas juntas. Lo importante es que encontremos las condiciones más favorables para crecer y ser felices en la manera que así nos permita una estancia más grata.
Y a todo esto … ¿Crees que tus padres hayan acertado en los lugares en que desarrollaste tu infancia?
"LOS EXTRAÑOS QUE SE CONVIERTEN EN HERMANOS."
Ya sea en el rincón de un salón, al frente de la fila o compartiendo un castigo, siempre encontramos la forma de comunicarnos con otras personas y generar una charla, misma que con el paso de los días puede llevarnos a gratas vivencias que consolidan una relación afectiva.
La amistad suele ser tan caprichosa que no busca iniciar de la manera perfecta, con condiciones idóneas o bien, nos da la opción de elegir quien será la persona adecuada para construir un vínculo; por el contrario, nunca tienes idea como empieza, pero sí te sientes bendecido por cómo se consolida. Sin duda que la calidad de los momentos, nos permitirán construir tesoros que con el tiempo son gratas experiencias que nos acompañarán a lo largo de nuestra vida.
La manera de conocer a una persona se vuelve irrelevante comparado con la aportación de ésta en quienes somos y una vez que un extraño llega a nuestro camino, el compartir los pasos con él hace que caminar en conjunto, nos lleve a conocerlo y a la larga, sonreír al saber que esa inversión de vida se ha vuelto verdaderamente una riqueza del alma.
¿Has alguna vez agradecido a la vida por el extraño que llega y le da sazón a tus días?
"TÍTULOS NO NOBILIARIOS.”
Con la pertenencia a los distintos sitios que frecuentamos y permanecemos conforme crecemos, se nos da por tratar con individuos de todo tipo, ya sea por su constitución física, conductas o edades.
No importa si es en la escuela, deportivo, parque o cualquier otro lugar y por más timidez que tengamos, siempre hay mil y una oportunidades para conocer personas y con ello, participar de vidas, situaciones y universos que estará en nosotros participar activamente.
Y ante tal circunstancia, si algo tenemos como seres humanos, en mayor o menor medida, es la creatividad por evaluar a los demás, así como a las cosas y situaciones y ponerles títulos que no tienen nada que ver con la realeza.
“Dientes chuecos”, el “niño de las canicas”, la “trenzas mágicas”, el “sabelotodo”, la “muy muy”, percepciones, motes y dichos entre miles, que sin duda pueden llegar a incomodar al receptor, pero que basta que haya un punto de coincidencia con el que lo dice, para que estas expresiones lejos de ser una barrera en la relación se conviertan en palabras mágicas para invitar a conocerse y compartir tiempo en común.
Es curioso pero las bromas de la niñez y juventud parecieran no caducar y siempre te provocarán un detalle de alegría cuando se hagan presentes, por más edad que entre los amigos se acumule.
Serás el licenciado, el contador, el ingeniero, etcétera, frente al mundo, pero ante tus amigos y compañeros de odiseas infantiles y juveniles siempre mantendrás tu semblante del momento cúspide con ellos; es decir, el de mayor coincidencia y trascendencia.
¿Aún recuerdas algún apodo o dicho de aquellos tiempos que en tu corazón perduran?
"DE AVENTURAS Y TRAVESURAS."
Si algo tiene de agradable recordar es saber que vivimos algo especial que, quizás sin la mayor precisión, sabemos que estuvimos ahí y tales momentos siguen ahí.
Ni hablar de las alegrías, tristezas, sorpresas causadas por premios, castigos, ocurrencias o “n” mil acciones que se han quedado arraigadas en nuestro sentir y pensar.
Sabemos que la vida es una y haber compartido con esos seres extraños que se convierten en amigos y se aproximan a ser una especie honoraria de hermanos es excepcional.
Entre sonrisas y lágrimas, palpitaciones y angustias, aplomo y temor, sabemos que hay marcas en lo más íntimo de nuestra esencia que surgen de la nada para provocarnos sentimientos de nostalgia por lo que pasó y alegría por lo positivo que nos han dejado; en el entendido que por más negra que sea la noche, siempre hay destellos de luz que anuncian la mañana.
¿Estás consciente de que las riquezas del alma que has acumulado en tu vida son la mejor inversión de ti como ser humano?
"¡SI ESTOY AQUÍ ES PORQUE HE VIVIDO!"
Conforme crecemos, las personas y animales a nuestro alrededor se vuelven testigos de nuestras vivencias, las cosas se vuelven pruebas de nuestras acciones y lo más importante, nos damos cuenta de que, pese a los resultados obtenidos, somos los protagonistas de nuestra historia.
Quizás no hay postulaciones o premios por nuestro actuar, ni aplausos por el comportamiento mostrado ante cada circunstancia; sin embargo, será la satisfacción obtenida a cada paso la que nos lleve a considerar en los instantes de reflexión si hemos alcanzado las metas que como personas nos hemos propuesto, quedando en el entendido que, éstas nunca serán las mismas de quienes nos han dado vida o han participado en ella.
Usualmente sabemos que conforme crecemos de la niñez hasta la vejez, debieran de existir evidencias de nuestra transformación, desde luego, considerando que la madurez si se hubiera hecho presente en nuestro camino. Es decir, el cabello de ser largo pasa a teñirse de blanco o a desaparecer como por arte de magia, lo que eran las siluetas para lucir tienden a relajarse y mostrar rasgos del tiempo que van desde marcas hasta arrugas, de dentaduras perfectas hasta estragos reparados con materiales ajenos, del poder de todo al pretender sólo un poco de movimiento.
La vida avanza con alteraciones físicas lógicas, pero con la posibilidad de un enriquecimiento en el alma máximo y es ahí donde el haber compartido satisfacciones con gente especial hace que revivan mil y un sentimientos mágicos.
¿Qué tantas sonrisas has acumulado en tu vida que aún recuerdas con afecto a quienes las han provocado o compartido?
EL VALOR DE LOS REENCUENTROS.
Recordar es tener presente algo que aún es importante y esto no debe entenderse como volver a vivir; simplemente, es sonreír por lo vivido y tomar aire para continuar.
Si por alguna razón o circunstancia se actualiza algo del pasado ya sea por un reencuentro con alguien o por coincidir en un lugar en el que estuvimos, que sea a través de una sonrisa mezclada con algo de melancolía, pero nunca como una razón para anclar nuestro hoy en el pasado y mucho menos dar pie a suponer y de ahí, a generar falsas expectativas.
Desafortunadamente, siempre habrá gente que encuentran en lo añejo una constante de anhelo y de realización; sin embargo, la vida no es así y por más que los sentimientos nos pretendan mantener ahí, es momento de que la sensatez de los razonamientos nos permita avanzar.
No se trata de “volver con la frente marchita” ni mucho menos pretender alterar el pasado para tener un mejor futuro; simplemente, es vivir el hoy, satisfecho por el tramo recorrido, pero con la voluntad de alcanzar las metas trazadas.
Y mientras tanto, si hay oportunidad de saludar a un conocido o bien, disfrutar de alguna circunstancia que nos permita sonreír por lo aportado en nuestro andar … ¡Bienvenidas sean!
Sin duda que los amigos nos aportan con su presencia alimento para el alma … ¿qué tanto te nutres de ellos?
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