Bardas altas, inteligencia baja: la inseguridad con piso parejo en Querétaro - 1
Bardas altas, inteligencia baja: la inseguridad con piso parejo en Querétaro

Bardas altas, inteligencia baja: la inseguridad con piso parejo en Querétaro

“Los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven.” —Maquiavelo

La escalera contra los millones

La madrugada del 6 de septiembre de 2025, doce sujetos escalaron con una escalera el muro que divide la unidad deportiva del Tecnológico de Querétaro del fraccionamiento Club Campestre. En minutos vulneraron tres residencias, amagaron a sus habitantes y huyeron sin que la policía lograra detenerlos.

Lo sustraído es lo de menos: lo relevante es lo simbólico. La inseguridad, que durante años se asoció a barrios populares, tocó el corazón de la élite queretana. Esa noche se derrumbó la ilusión del blindaje privado y estatal.

Hegemonía rota

Antonio Gramsci advirtió que la hegemonía se sostiene mientras existe coherencia entre discurso y experiencia. Querétaro fue presentado durante dos décadas como “isla de orden” frente a un país violento. Ese relato descansaba en tres pilares: crecimiento económico, estabilidad política y seguridad.

El asalto al Club Campestre fractura el tercero. Ni la seguridad privada más costosa ni la inversión estatal en inteligencia garantizan protección. Como recordaba Maquiavelo, el gobernante que olvida lo que realmente ocurre en aras de lo que debería ocurrir, se aproxima a la autodestrucción antes que a la conservación.

Gubernamentalidad securitaria: tecnología sin territorio

Querétaro apostó por una gubernamentalidad securitaria al estilo foucaultiano: administrar la vida mediante dispositivos tecnológicos. Se invirtieron cerca de 4 mil millones de pesos en centros de mando, drones, cámaras, softwares de análisis.

Pero Sun Tzu lo advirtió hace siglos: la guerra se gana evaluando el terreno, el mando y la disciplina, no solo acumulando fierros. El crimen no necesitó sofisticación, solo un punto vulnerable conocido por cualquiera que caminara la colindancia del fraccionamiento.

Redistribución del miedo

Jacques Rancière hablaría aquí de una “redistribución de lo sensible”: la inseguridad cambió de barrio. Lo que antes era patrimonio del miedo popular se volvió experiencia de las élites. Ese desplazamiento reconfigura las prioridades políticas y erosiona la legitimidad gubernamental.

En la sociedad red descrita por Castells, la noticia circuló más rápido que los comunicados oficiales. En cuestión de horas, la imagen de una escalera venciendo a 4 mil millones en tecnología se volvió símbolo viral. El costo político provino tanto del crimen como de la disonancia entre la narrativa de “inteligencia de vanguardia” y la evidencia de su fracaso.

Seguridad performativa

Murray Edelman denominó “seguridad performativa” a la producción de símbolos de control que no garantizan control real. En Querétaro se erigieron bardas físicas y digitales, pero el asalto mostró que eran parte de un teatro costoso.

La evaluación de la inversión no puede limitarse a spots y conferencias. Debe medirse en tiempos de respuesta efectivos, tasas de esclarecimiento, auditorías externas a los sistemas, interoperabilidad entre seguridad pública y privada. De lo contrario, la inversión es simulación.

El ajedrez de la seguridad

El gobierno queretano movió sus torres (C5, complejos de videovigilancia) y su reina (contratos tecnológicos), pero descuidó peones y alfiles: inteligencia de proximidad, patrullaje predictivo, redes barriales, cierre de rutas de escape.

Como decía Sun Tzu: “un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.” Querétaro reaccionó después, no antes.

Lo que está en juego

Cuando la inseguridad tiene piso parejo, el vacío político se amplía. El gobierno puede optar por reconstruir su legitimidad mediante una seguridad cercana y efectiva, o dejar que otros capitalicen el enojo ciudadano.

Las medidas son claras: interoperabilidad obligatoria con fraccionamientos; auditorías públicas de la inversión; patrullaje territorial en colindancias sensibles; prevención situacional más allá de bardas; metas concretas de esclarecimiento.

Cierre narrativo

La madrugada del 6 de septiembre nos dejó una metáfora brutal: una escalera contra 4 mil millones de pesos. Esa imagen sintetiza la brecha entre apariencia y realidad, entre discurso y experiencia.

Para los intelectuales, es un caso de manual sobre hegemonía en crisis. Para la ciudadanía, una verdad simple: si roban en el Club Campestre, nadie está a salvo.

El reto del gobernador Mauricio Kuri es recordar la lección de Maquiavelo: no basta parecer fuerte, hay que serlo de verdad. En política, como en el ajedrez o en la guerra, no gana quien presume más torres, sino quien cuida a sus peones y controla el terreno.

Epígrafe final

La seguridad es el cimiento de la confianza pública: cuando se quiebra, no importa cuán altas sean las bardas ni cuán caros los sistemas; lo único que queda en pie es la verdad desnuda del miedo compartido.

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