El Amauta...¡Por la vida!
“CUANDO EL ALUMNO ESTÁ LISTO, APARECE EL MAESTRO.”
Cuánta razón tiene este proverbio zen; en ocasiones nos afligimos por las circunstancias y exigimos resultados, sin percatarnos que nos hemos preparado toda una vida y ya estamos listos para enfrentar esa situación.
En muchas ocasiones, basta con escuchar una palabra, atender a una circunstancia o confiar en los que somos y sabemos para alcanzar nuestros objetivos.
Si tenemos ese conocimiento … ¿cuál es la razón para no compartirlo?
Si otros han sido generosos con nosotros, quizás sea el momento para consolidar esa actitud y compartir nuestra forma de vivir, conocimientos y experiencias con quienes nos importan y están a nuestro lado.
No vale la pena subestimarse o menospreciarse para evadir nuestra responsabilidad de dar; por el contrario, hay que ser objetivos y atender a nuestra fortalezas y debilidades para afrontar nuestras oportunidades y amenazas.
Basta motivarse con recordar lo que hizo el hijo de un carpintero por el mundo que lo rodeaba hace casi 2,000 años; es decir, hablar con verdad, amor y claridad.
Si algo podemos aprender de lo mucho que enseño, es que al participar con amor de nuestro conocimiento siempre nos hará mejores personas y dará a otros la oportunidad de serlo.
Es tiempo de atender al mundo y construirlo de la manera que hemos soñado; en vez de aplaudir o repudiar lo que hacen otros.
Después de todo … “De cada momento podemos extraer conocimiento y compartirlo … ¡Tanto enseñar como aprender es una responsabilidad!” … ¿ESTÁS DISPUESTO A ASUMIRLA?
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