El Día del Trabajo en la 4T

El Día del Trabajo en la 4T

Cerca de 4 millones de trabajadoras y trabajadores tendrán mejores condiciones salariales, laborales y de prestaciones sociales a partir del próximo año

 

Por Ricardo Monreal 

 

Este 2021 conmemoramos en México un Día del Trabajo muy diferente del de las celebraciones de los últimos 36 años.

En todo el mundo existe la preocupación por lo que se conoce como trabajo precario, que no es más que el trabajo informal, de algunos días a la semana, sin prestaciones ni seguridad social, y con una baja o nula capitalización de la fuerza de trabajo.

El trabajo colectivo, tal como lo conocimos en la etapa industrial, cuando miles de trabajadores se concentraban diariamente en una nave fabril para formar la cadena de producción de un bien, está pasando a la historia.

La Revolución tecnológica, llamada también la tercera ola, vino a desplazar la fuerza laboral humana, y en su lugar colocó la producción robotizada. Robots en lugar de obreros es la tendencia en las industrias de transformación, en las que además de la innovación y el incremento de la productividad, no existen ni la nómina salarial ni las amenazas de huelga.

Esta tendencia mundial a la precarización del trabajo (“fin del trabajo”, le llamó Jeremy Rifkin) encontró en nuestro país un terreno abonado durante el período neoliberal, es decir, en los 25 años más recientes, cuyo punto culminante fue la reforma laboral aprobada en el último año del gobierno de Felipe Calderón, y profundizada durante la administración de Peña Nieto, y que dio carta de naturalización al outsourcing o trabajo contratado por fuera de las empresas, de manera libre y sin prestaciones.

Una muestra de las reacciones sociales que puede generar este trabajo precario lo acabamos de ver en la CDMX, con las personas que reparten comida para las más populares aplicaciones, a través de las cuales se solicita un servicio a domicilio.

De manera eufemística a las y los repartidores que se mueven en sus propios autos, bicicletas o motonetas se les llama socios, pero a la hora del reparto de utilidades, de un accidente laboral o de una responsabilidad por demandas civiles, el “socio” no recibe ningún dividendo, apoyo o remuneración de quienes administran o tienen la propiedad de estos servicios.

Son “socios” para las pérdidas y el reparto de responsabilidades, pero no existen ni siquiera como trabajadores a la hora del reparto de los dividendos y ganancias (que las tienen, y no son pocas).

Por ello, este Día del Trabajo en México se distinguió del de otros años. Por ejemplo, el salario mínimo, después de décadas de estar estancado, este 2021 viene antecedido de un bienio de incrementos sensibles, marcadamente por encima de la inflación. Las mujeres trabajadoras de las maquilas y de los servicios han sido las más beneficiadas.

También este año la clase trabajadora del país pudo celebrar un nuevo tratado de libre comercio que, a diferencia del TLCAN, sí contempla un capítulo laboral especial, que reduce la diferencia asimétrica salarial en industrias clave entre trabajadoras y trabajadores de los tres países, y además garantiza la democracia sindical al interior de las organizaciones obreras.

Y, por último, la regulación del outsourcing corona esta conmemoración distinta del Día del Trabajo en el país. Cerca de 4 millones de trabajadoras y trabajadores tendrán a partir del próximo año mejores condiciones salariales, laborales y de prestaciones sociales (retiro, utilidades, etc.), que hasta el año pasado era imposible imaginar, por el contubernio entre autoridades laborales y diversos empresarios abusivos.

De esta forma, la 4T avanza en sus compromisos con la clase trabajadora del país.

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