Entre el Café y la Política

Entre el Café y la Política

El día comenzó sin prisas, como esos momentos que te invitan a simplemente ser. Salí a caminar con mis perros, disfrutando de un aire fresco que aún tenía la suavidad de la madrugada. Ellos, con su energía desbordada, eran el recordatorio perfecto de que la vida se trata de gozar cada instante, sin importar lo que venga después. El paseo fue breve pero lleno de esa tranquilidad que se logra solo con empezar el día al ritmo de la naturaleza.

 

De vuelta en casa, la rutina fue casi automática. Les di de comer a los perros, los dejé descansar un poco y me dirigí a la cocina. El café… el café es el pequeño lujo que me regala cada mañana. Usé mi cafetera italiana Moka Espresso, esa joya que nunca falla. El ritual es siempre el mismo: colocar el agua con precisión, añadir el café molido justo al nivel adecuado, y luego esperar, con paciencia, a que el aroma a espresso recién hecho empape el aire. Ese momento, cuando el café comienza a salir, es casi mágico. Cerré los ojos y dejé que el vapor me envolviera, mientras pensaba en lo que quería lograr hoy.

 

Al sentarme frente al computador, me di cuenta de que tenía algo claro en la cabeza: debía escribir sobre algo que no solo me preocupaba, sino que también me motivaba. Los juegos del poder, en este caso la lucha de confrontación entre el PAN gobierno y Morena oposición, con miras al 2027, una batalla que parece no tener fin y que se intensifica cada vez más. La política no solo es una cuestión de ideologías, sino también de estrategias, de movimientos calculados que buscan desestabilizar al contrincante y, de alguna manera, consolidar el propio poder.

 

Lo que se ve claramente en este escenario es que el eje rector del ataque de Morena se centra en la corrupción. Y es ahí donde el gobierno panista debe ser extremadamente hábil. No puede caer en la trampa de embarcarse en combates falsos o superficiales sobre la corrupción. La clave para no perder terreno es ser transparente, claro en lo que hace y en cómo lo hace. Los ciudadanos no solo necesitan ver obras y promesas cumplidas, sino también procesos abiertos, donde las decisiones se expliquen y se justifiquen. El verdadero centro neurálgico de la corrupción, hoy por hoy, sigue siendo el manejo de los cambios de uso de suelo. En ese terreno es donde se juega el mayor poder y la mayor influencia. Si el gobierno no actúa con contundencia para transparentar cómo y por qué se otorgan estos permisos, estará entregando parte de su legitimidad.

 

El desafío no es solo evitar los ataques de la oposición, sino anticiparse a ellos. Si el gobierno no demuestra con hechos que su lucha contra la corrupción no es solo un discurso vacío, sino una acción constante, perderá la confianza de la gente. Pero también, si no pone en evidencia cómo se manejan estos procesos clave como los cambios de uso de suelo, abrirá la puerta a que la oposición lo acuse de lo mismo que pretende combatir.

 

Los cambios de uso de suelo están en la esfera municipal, y sobre este tema también se preparan a criticar el crecimiento sin planeación de los municipios del área metropolitana. El crecimiento urbano acelerado, sin una adecuada visión a largo plazo, ha generado problemas en la distribución de servicios, en la movilidad y, sobre todo, en la sostenibilidad del entorno. 

 

La falta de planificación urbana ha dado paso a zonas desordenadas, donde el uso de suelo se ha modificado para satisfacer intereses inmediatos, sin considerar las necesidades de la comunidad o el impacto a largo plazo en la calidad de vida de los ciudadanos.

 

El primer sorbo de mi espresso, bien fuerte y lleno de sabor, me hizo pensar en todo esto. La cuestión no era solo exponer las tácticas políticas, sino también entender cómo este juego de poder, los cambios de uso de suelo y la falta de planeación pueden redefinir la confianza pública. Los juegos del poder no son solo cuestión de confrontación directa, sino de cómo cada uno se posiciona, no solo frente al contrincante, sino ante la gente. Y eso, al final, es lo que puede decidir el futuro de este gobierno.

 

A veces, mirar hacia adentro es el primer paso para comprender lo que realmente nos mueve. Reflexioné sobre ello mientras dejaba que el sabor de mi café me llenara de energía. Todo lo que hago tiene un propósito, incluso los momentos de calma, porque es en ellos donde se cultiva la paciencia necesaria para los grandes logros. Con este pensamiento, entendí que el verdadero reto no es lo que nos sucede, sino cómo nos preparamos para lo que vendrá, y cómo nos mantenemos firmes ante las adversidades.

 

Como decía El Príncipe de Maquiavelo: “Un príncipe nunca debe alejarse de la rectitud si es posible, pero debe saber entrar en el vicio cuando la necesidad lo exige.” Esta frase ejemplifica bien los complejos juegos del poder político

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