Es Luis Vargas
El pasado 3 de noviembre, Luis Vargas González, representante del gobierno del estado de Tlaxcala en la CDMX, registró su intención de participar en la encuesta de Morena para contender en una primera instancia, por la candidatura a diputado federal por el distrito I.
En muy contadas ocasiones me he tomado la libertad de escribir anteponiendo mi simpatía, usted ya sabe que lo mío, lo mío es la crítica política, pero en esta ocasión, déjeme hablarle de las coincidencias de Luis Vargas González, con quien escribe esto.
Nos conocimos alrededor del 2005, en época de trabajos distintos a los que hoy tenemos, Luis, joven emprendedor siempre, en algunas tenía la necesidad de imprimir lonas y algunos trabajos de rotulación que en ese entonces yo proveía y, en su caso, él me daba el servicio de impresión en offset cuando mis clientes lo necesitaban.
Posteriormente, al avanzar los años, en 2016, Luis inicia colaboración con un videoblog en nuestro principal sitio web de noticias: Monitor Tlaxcala (Hoy es conocido como Monitor Xpress), en su papel de Presidente de la Federación de Cámaras de Comercio y Servicios Turísticos (FECANACO ServiTur), del que les comparto el primero en el siguiente enlace de Facebook:
Al pasar otros años más, Luis Vargas asume la dirigencia del Partido Fuerza por México en Tlaxcala, no sin antes haber dejado su huella en dependencias como el SEPUEDE y el CECYTE en la administración gubernamental; cargos que él mismo deja por el acotamiento irracional de las funciones propias de los cargos.
Luis Vargas es además, un hombre de familia, su mayor impulso en su juventud siempre fue su señora madre y desde que Reyna Báez Lozano es su pareja.
Mire usted, independientemente del arraigo de valores familiares, una persona es la consecuencia de sus actos y Luis Vargas González, ha sido consistente en su visión como hombre de trabajo, de la familia y parece que este es un momento en el cual, podría despegar su carrera política.
Habrá que analizar los perfiles de otros aspirantes al cargo de diputados federales que se lidiarán en las elecciones de junio de 2024, pero de bote pronto, Luis Vargas es una gran alternativa que representa lo que muchos tlaxcaltecas deseamos en un candidato: Honradez, coherencia política, juventud, experiencia y sobre todo, que no es de los mismos de siempre.
¿A poco no?
El Hospital General de Tlaxcala, una vergüenza.
¿Oigan y qué creen?, me tocó la desgracia de ir a caer a los servicios de urgencias del Hospital General de Tlaxcala “Anselmo Cervantes Hernández” este fin de semana.
No hablaré mal de todos los que allí trabajan, sólo de la médico de urgencias que le vale un pito, sí, un pito (Un silbato pues) qué tan mal se sienten los pacientes que van a dar a urgencias un viernes a las 19:00 hrs. de la noche, para decidir, según su mediocre criterio, si la consulta merecía estar en urgencias o no.
El nombre de la insensible y mal encarada médico es Cynthia Barba Lezama, cuya cédula es MAU 11655417
La tipa, que no merece un calificativo menor y de la cual no me expresaré irrespetuosamente, considera estar gritando desde la silla del consultorio a la enfermera y a los técnicos que le asisten, pero además, en lugar de ser empática con los pacientes, se cree con el derecho de hablarles de manera despótica como si se tratara de seres irracionales.
De hecho, la doctora decidió que era más importante atender a un paciente con diarrea que a un paciente con herida profusa en un brazo, porque este último estaba en estado etílico.
La falta de criterio de este tipo de médicos debería ser motivo de sanción, puesto que discriminan a las personas por el simple hecho de haber bebido en exceso horas antes y que la herida que tenía, fue a causa de un accidente.
Ante la evidente falta de criterio, la Secretaría de Salud y la administración del Hospital General “Anselmo Cervantes” deberían supervisar a quienes prestan el servicio de urgencias, puesto que quienes acudimos en algún momento, es porque es muy necesario, ya que nadie va al hospital sólo para irle a quitar el tiempo a los médicos y éstos, deben estar capacitados para atender al público que llega en momentos de desesperación y un sentimiento de impotencia al sentir algún tipo de malestar que no los deja hacer su vida normal.
A esta médico quizá hasta le haga falta acudir a un siquiatra que le ayude a controlar la ira, la frustración y tal vez hasta su falta de empatía con el dolor ajeno.
Por si fuera poco, de 4 medicamentos indicados en la receta (por cierto impresa todavía con la identidad gráfica del sexenio de Mariano González Zarur), sólo me entregaron uno, pero eso si, con el sello de la administración de Marco Antonio Mena Rodríguez en el que se alcanza a leer el lema de su gobierno: Construir y Crecer Juntos.
Coméntenme a través de nuestras redes sociales si sólo yo he tenido la mala suerte de que me tocara una médica joven pero amargada y que sólo a mi me surtieran el 25% de la receta médica.
¿Cuál ha sido tu experiencia en los servicios públicos de salud?
Comentarios