
¿Quiénes y de qué estamos hechos los jóvenes hoy?
De corazón creo que quienes tenemos entre 20 y 35 años somos personas en constante construcción y deconstrucción de nosotros mismos.
Hablo de esa valiente capacidad de cuestionar y, si es necesario, destruir los sistemas de creencias con los que fuimos criados, que con el tiempo dejan de ser funcionales.
Es esa hermosa habilidad de autoanálisis y autocrítica llena de compasión, la que nos permite preguntarnos sinceramente: ¿hacia dónde voy?
Veo en los ojos de mis semejantes un ardiente deseo de aportar su ayuda a esta sociedad que tanto nos necesita.
Nuestras acciones, fortalecidas por la conciencia, no pueden ignorar los valores que han sustentado nuestra civilización y nos han permitido llegar hasta aquí: el respeto por el prójimo, la vida en su extensión, la responsabilidad, el cuidado de uno mismo, la valentía, la fuerza, el amor, la capacidad de soñar y el impulso de hacer realidad esos sueños.
Estos valores corren por nuestra sangre, como un río lleno de fuerza y vital que nos conecta con nuestra humanidad.
Estos valores al igual que la materia: no se crean ni se destruyen; nuestros actos de amor y valentía y de constante cambio es lo que los transforma y los vuelve más firmes al punto de encarnarse en nuestro ser.
Seguimos siendo humanos de carne y hueso, con anhelos profundos y el deseo de cambiar aquello que ya no funciona, mientras fortalecemos todo lo que nos guía hacia un mundo mejor.
Mi querido lector, tú puedes cumplir tus sueños.
Puedes ser la pieza que el mundo necesita para que lo bueno fluya. Puedes ser el héroe de tu propia leyenda.
¿Te atreves a tomar decisiones, a perseguir aquello que desde niño imaginaste y a descubrir que eres tú —y tus decisiones— lo que hará que eso se convierta en realidad?
Comentarios