Board Dripper 2022, 13 años de quitar prejuicios en Querétaro
Reconocer los nuevos territorios y generaciones que habitan la ciudad de #Querétaro
Estos lienzos de papel Kraft, son el resultado de la convivencia: la potencia de una risa, la energía de un abrazo, el lenguaje colectivo, la satisfacción de participar sin competir, de bailar sin saber y pintar al ritmo de música alucinante y desconocida acompañados de amigos y desconocidos...
Desde 2018 la Casa Board Dripper (CBD) comenzó a tener actividades. A partir de 2019 con el tema entropia(s) Board Dripper derivó de ser un festival anual de arte, en un espacio con actividades continuas en torno al arte. A los cuatro meses de la explosiva fiesta entrópica del décimo aniversario en la galeria Baldio, en marzo de 2020 también estalló el pánico pandémico del Covid.
Como casi todos los espacios de reunión, la CBD cesó sus talleres y presentaciones por un tiempo. Conforme se retomaron las actividades, los nuevos actores y las formas de hacer evidenciaron el cambio. Esta vez, ya no se iba a «intervenir y participar en la calle» sino en y desde la propia casa. A finales de 2020 se realizó el primer Festival Interbarrios, que se llevó a cabo en conjunto con espacios como: la Madriguera Gráfica, Tosca, Galería Baldio y otros proyectos de arte.
En los primeros meses de 2021, además de continuar con los talleres de bordado, acuarela y teoria sociocultural, y con el objetivo de mantener vigentes las actividades en torno al dripping. el graffiti y el skate. la CBD comenzó a convocar para dibujar en colectivo grandes manteles de papel Kraft extendidos sobre las mesas, además de continuar con las presentaciones de grupos musicales, videos de skate y exposiciones de pintura. Luego de algunas sesiones, se invitó a DI's a poner sets libres de música, de esta forma mientras los asistentes se ponían a dibujar y escribir cualquier cosa en los manteles de papel, los DI's experimentaban mezclando su vasto acervo musical. La colectividad bautizó los encuentros como «Dibujizas», donde además de música y pintura, también se sumaron actividades literarias.
Asi, las Dibujizas que comenzaron como convivencias efímeras de creación a partir de la pintura, música y literatura, fueron también una respuesta al encierro y la soledad pandémica; se convirtieron en un refugio afectivo donde la participación para continuar organizando la actividad se dio de manera natural. En unos meses, un nuevo crew se hacía cargo de limpiar el espacio, preparar alimentos y bebidas, conectar la música, poner los manteles de papel, plumones, pintura y crayolas, los cuales también llevaban los asistentes. Los manteles de kraft se atascaron de pinceladas de convivencia, rayones de felicidad, dibujos excéntricos de trazos eufóricos y pisadas accidentales que se comenzaron a acumular a modo de registro: lienzos de caótica composición, que narran el vértigo expresivo de la multitud colectiva.
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