Javier Rivera divide Morena, presume beneplácito para su candidatura

Javier Rivera divide Morena, presume beneplácito para su candidatura

Pese a los esfuerzos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en el estado de Tlaxcala, de su dirigente, Carlos Augusto Pérez Hernández e incluso de su jefa política, la gobernadora, Lorena Cuellar Cisneros, el apizaquense Javier Rivera Bonilla, hace de todo para autoproclamarse puntero de encuestas y virtual candidato a la alcaldía de Apizaco.

En una evidente desesperación por convencer a la gobernadora, de quien presume su comadrazgo en cada reunión, Rivera Bonilla ha mostrado una falta de sensibilidad hacia sus compañeros de partido, generando un ambiente de división y polaridad, que lo llevaría a perder por tercera ocasión, sus aspiraciones para asumir la presidencia municipal del municipio rielero.

La construcción de su candidatura plagada de mentiras, de noticias tendenciosas y a modo pagadas en medios de comunicación y su evidente soberbia, han ocasionado que los demás aspirantes podrían optar por hacer una campaña de brazos caídos si es que llegara a ser designado ganador en las encuestas, toda vez que, ante las inexistentes cualidades políticas de inclusión, ha manifestado su desprecio por hacer equipo con el resto de los morenistas apizaquenses.

Lo anterior, sólo provoca que las posibilidades de reelección del panista Pablo Badillo Sánchez, crezcan evidentemente, dejando fuera de competencia en automático a Morena mientras que el PAN, sumaría 6 administraciones consecutivas de la presidencia de Apizaco.

Javier Rivera Bonilla, con dos elecciones consecutivas perdidas y 7 años de campaña permanente, no se ha dado cuenta de que no ha despegado en las encuestas, de que la ciudadanía no le tiene confianza porque no se trata de comprar votos con obsequios, hablando mal de propios y extraños.

Al “compadre” se le ha olvidado que lo básico en las campañas son las matemáticas y que los números son fríos: Hay que sumar, nunca restar, se debe multiplicar y no dividir. Más claro, ni el agua.

Morena debe apostar por un candidato competitivo, coherente y congruente en su acción personal, pero además en su afinidad partidista, con vocación de servicio, pero, sobre todo, con la humildad y sencillez que un líder debe tener para sumar y multiplicar, y no dividir ni restar como lo hace Javier Rivera.

 

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