Las barreras indomables de la democracia
Por Hiram Benítez Ríos
Momento histórico para la ciudad rielera que su primerísima expresión de júbilo radiante sea la violencia engendrada por más violencia.
Para estos primeros efectos de ingobernabilidad, se perfila un toque de gandallismo de Julio César Hernández Mejía, presidente municipal.
Efectivamente su triángulo amoroso con él poder mismo y; continuar diciendo a los cuatro vientos que busca entre sus desperfectos dominios de ambición; convertirse en pieza clave para Acción Nacional, en Diputado Federal por Apizaco; primer distrito electoral.
Lo crucial para nuestro presidente se convierte en la figura que desnuda su capacidad de enfrentar con diálogo y precisión la demanda existente del cuerpo de seguridad municipal para enfrentar con éxito de vida a la delincuencia en esa periferia local.
Es absurdo entonces, que la falacia de considerarse un promotor de los cambios que Apizaco necesita en pleno siglo XXI, en momentos imprecisos para la continuidad en pro de mejorar las arcas de su bolsillo para seguir avanzando políticamente; se percate que lo indomable de la democracia se convirtió a escasos 2 meses qué de inicio un principio de gobernabilidad social para este 6 de junio; finalmente un suceso de violencia; lo ubique sin la mínima perspectiva de cambio en su ¡justa barrera!
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