Hermano … ¡Toma mi mano!”.
“¡COMO ME VES, TE VERÁS!
Es regla de vida que nuestros padres siempre estén con nosotros, en presencia o en esencia, desde que nacemos y hasta que tenemos la posibilidad de hacer nuestro camino, … ¿Por qué no estar con ellos cada vez más conforme se acerquen al umbral de su destino?, ¿y qué mejor que hacerlo procurando su paz y alegría?
Si cuando fuimos pequeños e indefensos nos trataron con amor y no nos vieron como una carga … ¿por qué deberíamos tratarlos de forma distinta?
Lo que damos … ¡recibimos!, ¡Sembremos amor a nuestros padres y cosechemos el amor de nuestros hijos! … ¡Siempre en vida!
Después de todo … ¡Ellos siempre estarán con nosotros!
Ahora bien, … ¿y tú qué tantas diferencias tienes en tu familia?, ¿eres feliz en coincidencia o reservado en la discrepancia?
Si eres feliz … ¡Excelente!; sin duda eres generador de alegría para tu entorno. Si no lo eres, analiza la razón y atrévete a tomar decisiones … ¡Quizás sea un buen momento para tender puentes y ver que es más la voluntad de unir y estar cerca que de vivir en la distancia!
Seamos buenas personas y recordemos parte del mensaje de Voltaire: “¡Sólo entre gente de bien puede existir la amistad … únicamente la gente buena, tiene amigos”!
¡Hazlo por amor! … ¿Te late? … ¿Estrecharás tu mano?
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