Tlaxcala, un gobierno que hace historia como represor
En apenas un año, el gobierno de Lorena Cuellar Cisneros, puede considerarse como un gobierno que cobardemente reprende a manifestantes con granaderos, mostrando así su sangre intolerante y priista, pasó del costal de besos y abrazos (Como la bautizaron en redes sociales) a ser la gobernadora ciega, sorda y garrotera.
En conflictos municipales como Xaltocan, Tlaltelulco, XIcohtzinco, Tlalcuapan, a maestros, a los de la plataforma Pronto, las feministas, Futumex, sindicalistas, jubilados y ayer las normalistas de la Benito Juárez, tienen como factor común, las golpizas y gases lacrimógenos propinados por los granaderos del gobierno de Tlaxcala que sigue usando frases ridículas como el “Una nueva historia”.
La educación como la política, se mama.
Y es que, a Lorena Cuellar, la traiciona su subconsciente priista y atrás de esas costras de maquillaje, se esconde una mujer despechada y rencorosa en contra de los que no piensan como ella.
Dicen que la educación como la política se mama y en su caso, ella obtuvo formación política en su familia, sobre todo por la cercanía con su abuelo materno, Joaquín Cisneros Molina, quien fuera secretario particular de Gustavo Díaz Ordaz, que fue el que dijo “Hemos sido tolerantes hasta excesos criticados” en un discurso previo a la ordenanza de la masacre del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, CDMX.
En Tlaxcala se gobierna a garrotazos.
A Lorena ya no le alcanza con quitarle beneficios a quienes la critican, ya no le alcanzan las amenazas, sólo le alcanza a ser útil la fuerza bruta de sus garroteros uniformados antes de ceder un milímetro a lo que ella misma considera como de su propiedad en términos de gobierno.
La Lorena Cuellar que una vez conocí, creo que se murió en 1998, junto con la derrota electoral a la gubernatura ante Alfonso Abraham Sánchez Anaya (Antes acérrimo enemigo, hoy aliado incondicional) de su tío Joaquín Cisneros Fernández, hermano de su mamá, Margarita, quien tuvo un final trágico al ser asesinada por 17 puñaladas asestadas por un asesino solitario —Nunca detenido— y cuyo expediente ministerial está inencontrable de los archivos de la Procuraduría General de Justicia y del que está prohibido hablar o mencionar.
¿El estado más seguro del país?
El asunto de la refriega de ayer, nuevamente es noticia en el estado más “seguro” del país, debido a que la protesta de las estudiantes de la Normal Rural de Panotla “Lic. Benito Juárez”, dejaron de recibir sus dotaciones de despensa, toda vez que la SEP estatal comandada por el bribón ese de risa estúpida que responde al nombre de Homero Meneses Hernández, dejó de ministrarla sin aviso.
Por aquí se iba el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López festejando indicadores de criminalidad ocultos y por el otro lado, en el trébol de la capital se armaban los fregadazos.
Aunque no es justificable el robo a un camión refresquero, también hay que señalar que ese fue el pretexto para usar la fuerza bruta para someter a las estudiantes que, como ya es costumbre, siempre se hacen acompañar de estudiantes de otras normales rurales, para presentar un frente más fuerte y sólido ante los embates de los gobiernos contra los que se manifiestan año con año.
Y para Lorena y su cuadrilla de matones, es más fácil agredir que resolver el tema de los alimentos para las estudiantes que, si no lo sabe, su sistema escolarizado es de internado para señoritas y hay un presupuesto federal para la manutención de las estudiantes y aquí nadie ha preguntado dónde quedó ese dinero.
¿Dónde está el dinero para la alimentación de las estudiantes de la normal de Panotla?
Nadie ha contestado esa pregunta que dio origen a la manifestación de las siempre aguerridas estudiantes.
De acuerdo a la SEP federal, la Normal Rural de Panotla, tiene una matrícula estudiantil poco variable en los últimos 3 años: De 209 en 2019, 205 en 2020 y de 220 estudiantes en 2021, egresaron 56 y, seguramente, ese número promedio se mantuvo en este 2022, pese a que la demanda siempre ha sido de ampliar la matrícula y asignación automática de plazas.
¿Entonces, a quién se le da la razón?
Considero que si el inútil Secretario de Gobierno, en lugar de sus “mesas de diálogo” que no son otra cosa que distractores y engañabobos, tuviera la mínima intención de solucionar los problemas, en menos de 4 horas tendrían un acuerdo —vía mesas de trabajo, que no es lo mismo— equilibrado en beneficio de las partes y se evitarían muchos problemas, pero insisto, el gobierno de Tlaxcala no es más que un gobierno de tontos, ciegos, sordos y abusivos.
Y ni voluntad ni capacidad hay, ya lo vimos.
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